sábado, 21 de agosto de 2010

RISOTTO DE CALABAZA, SEITÁN CROCANTE Y SALVIA: UNA DELICIA VEGETARIANA

No saben lo rico que es este plato vegetariano! El seitán crocante combina de maravillas con la cremosidad del risotto de calabaza redondeando una comida deliciosa, sana y nutritiva. Para dos buenas raciones:

- 1 taza arroz carnaroli o arbóreo
- 2 y 1/2 tazas de caldo de verduras
- 1/2 cebolla
- 1/2 diente de ajo
- 1 cucharada de hojas secas de salvia (cuando no hay frescas...)
- 1/4 taza de vino blanco
- 400 g de calabaza pelada
-   40 g de manteca (2 cucharadas)
-     1 cucharada de aceite de oliva
-  40 g de queso parmesano rallado
- 200 g de seitán
-        maicena, c/n     

Cortamos la calabaza en cuartos pequeños y colocamos en bol para microondas con el aceite, las hojas de salvia y un poco de sal; cocinamos destapado por 10', la calabaza debe quedar tierna como para hacer un puré (podemos desde ya hornear la calabaza pero así es más rápido y sencillo y queda muy bien).  Dejamos escurrir el aceite y hacemos un puré.

Cortamos el seitán (si quieren hacerlo ustedes mismos, vean mi receta, no es difícil) en rectángulos delgados, pasamos por maicena y sealteamos de ambos lados con un poco de aceite hasta que los veamos crocantes. Reservamos sobre papel absorbente.

Picamos la cebolla y el ajo y salteamos en una sartén grande con la mitad de la manteca; cuando transparentó la cebolla incorporamos el arroz, mezclamos y luego de 2'o 3' agregamos el vino blanco y, continuamente mezclando, cada vez que vemos "sediento" el arroz agregamos de a cucharones el caldo bien caliente.

Hacia el final de la cocción añadimos el resto de la manteca, el parmesano rallado (reservamos un poco), el puré de calabazas y la mitad de los trozos de seitán; mezclamos hasta que el líquido se haya absorbido casi por completo, apagamos el fuego y dejamos tapado el recipiente por unos 5' antes de servir. 

Servimos echando por encima parmesano rallado y el resto del seitán. Si tuviéramos hojas frescas de salvia podríamos también poner algunas. 

No imagíné que saldría tan rico...