martes, 10 de junio de 2014

FUGAZZETA RELLENA, BIEN PORTEÑA Y BIEN SABROSA!



Ivan y Armando, determinados a abrir una (buena) pizzería, decidieron tomar algunas clases en El Arte de Amasar y hoy tocó, entre algunas otras, esta fugazzeta rellena: super rica, super porteña y súper....calórica! Y, para colmo, super difícil parar de comerla...

La receta, para una pizzera de 35 cms:
- 500 g de harina 000
- 300 cc de agua
-   20 g de levadura fresca
-   25 cc de aceite
  -  1 cucharadita de sal
  -  ½ kg de cebolla cortada en fina juliana
- 150 g de muzzarella rallada
- 150 g de cuartirolo rallado (queso fresco)
-        orégano, sal y pimienta negra

Colocamos las cebollas cortadas en juliana en un bol con agua fría y 1 cucharada de sal.

Hacemos una corona con la harina y la sal por fuera y en su centro volcamos el agua y disolvemos la levadura; echamos con cuidado la harina al centro, mezclamos hasta integrar, volcamos sobre una superficie de trabajo apenas enharinada y amasamos por 5´. Añadimos el aceite y continuamos amasando por otros 5´ hasta obtener una masa suave y sedosa.

Bollamos, colocamos en un bol pincelado con aceite, cubrimos y dejamos levar unos 60´ hasta que duplique su volumen.

Desgasificamos, dividimos en un bollo de 2/3 y otro de 1/3, cubrimos y dejamos reposar por 15´a 30´.

Aceitamos una asadera y estiramos dentro el bollo más grueso de modo de crear un borde hacia arriba en todo su perímetro. Distribuimos por encima los quesos con un poco de orégano.

Con la ayuda de un palote estiramos la otra masa del diámetro de la pizzera, la cubrimos y sellamos los bordes.

Escurrimos la cebolla, la aceitamos un poco y distribuimos sobre la pizza, deberá parecer muy abundante; esparcimos por encima algunos granos de sal gruesa.

Horneamos a 200* por unos 30´, los primero unos minutos sobre la piedra si tenemos, o sobre la base del horno para darle “piso” y luego en la rejilla media.

Retiramos, regamos con aceite de oliva  y floreamos con orégano fresco y pimienta negra recién molida. Esperamos unos minutos antes de servir.

Probarla es a riesgo propio, no nos hacemos responsables por las porciones sucesivas que quisieran seguir comiendo...