Cuando no tengo clases ni intención particular de experimentar con alguna receta, el desafío es experimentar con lo que hay disponible en heladera y alacena. Y ayer resultó esta tarta cuya receta modestamente "original"merece la pena compartir. Para una tartera teflonada de 25 cms de diámetro de diámetro:
MASA
- 200 g de harina 0000 (refinada)
- 65 ml de agua
- 65 ml de aceite
- 1/2 cucharadita de sal
- 1 cucharadita al ras de polvo de hornear
RELLENO
- 1/2 kg de cebolla colorada cortada en juliana
- 1/4 kg de ricota fresca
- 100 g de gruyere rallado
- 2 huevos grandes
- 2 cucharadas de aceite
- sal, pimienta negra, nuez moscada
- 1 cucharadita de aceto balsámico
En un bol integramos los ingredientes de la masa, volcamos sobre una superficie ligeramente enharinada y amasamos hasta obtener una masa suave y sedosa. Envolvemos en papel film y dejamos reposar al menos 1/2 hora.
En una sartén calentamos el aceite y echamos dentro la cebolla. Cocinamos a fuego mínimo por unos 20 minutos, mezclando cada tanto y agregando agua de a chorros en la medida que haga falta. Cuando la cebolla esté completamente tierna, agregamos el aceto balsámico y retiramos del fuego.
Encendemos el horno a 180*.
Mezclamos los ingredientes del relleno reservando la mitad del gruyere y condimentamos.
Con la ayuda de un palote estiramos la masa delgada, forramos la tartera volcando hacia afuera los excedentes de masa, echamos dentro el relleno y espolvoreamos con el gruyere reservado. Con el canto de un cuchillo cortamos la masa excedente, o la volcamos sobre el relleno realizando eventualmente un repulgue sencillo.
Horneamos por unos 40 minutos hasta que la masa se vea cocida y el queso gratinado.
MASA
- 200 g de harina 0000 (refinada)
- 65 ml de agua
- 65 ml de aceite
- 1/2 cucharadita de sal
- 1 cucharadita al ras de polvo de hornear
RELLENO
- 1/2 kg de cebolla colorada cortada en juliana
- 1/4 kg de ricota fresca
- 100 g de gruyere rallado
- 2 huevos grandes
- 2 cucharadas de aceite
- sal, pimienta negra, nuez moscada
- 1 cucharadita de aceto balsámico
En un bol integramos los ingredientes de la masa, volcamos sobre una superficie ligeramente enharinada y amasamos hasta obtener una masa suave y sedosa. Envolvemos en papel film y dejamos reposar al menos 1/2 hora.
En una sartén calentamos el aceite y echamos dentro la cebolla. Cocinamos a fuego mínimo por unos 20 minutos, mezclando cada tanto y agregando agua de a chorros en la medida que haga falta. Cuando la cebolla esté completamente tierna, agregamos el aceto balsámico y retiramos del fuego.
Encendemos el horno a 180*.
Mezclamos los ingredientes del relleno reservando la mitad del gruyere y condimentamos.
Con la ayuda de un palote estiramos la masa delgada, forramos la tartera volcando hacia afuera los excedentes de masa, echamos dentro el relleno y espolvoreamos con el gruyere reservado. Con el canto de un cuchillo cortamos la masa excedente, o la volcamos sobre el relleno realizando eventualmente un repulgue sencillo.
Horneamos por unos 40 minutos hasta que la masa se vea cocida y el queso gratinado.