Si bien me encanta comer panes, especialmente con masa madre, harinas integrales y semillas, cada tanto extraño comerme algunas galletitas de agua, sencillas y crocantes (me gustan las Criollitas...). Y esta mañana, "extrañándolas" y con un poco de tiempo, decidí experimentar prepararlas con harina integral. Hace un rato las saqué del horno y degusté una y otra y otra...: crocantes, sabrosas, saludables, requetebuenas! Para una asadera de horno entonces, tal cual fueron preparadas:
- 100 g de harina común
- 70 ml de agua tibia
- 70 ml de aceite
- 10 g de levadura fresca
- 10 g de sal
- 1 cucharadita de azúcar
En una taza con el agua y 2 cucharadas de harina disolvemos la levadura y el azúcar y esperamos unos 15´ hasta que comience a espumar.
Colocamos en un bol la harina restante con la sal y volcamos en su centro la mezcla ya espumada. Revolvemos, agregamos el aceite, integramos, volcamos sobre una superficie enharinada y amasamos hasta obtener una masa suave, sedosa y poco húmeda (a diferencia de los panes). Hacemos un bollo y dejamos levar en bol cubierto hasta que duplique su volumen, entre 45´y 60´.
Volcamos sobre la superficie de trabajo, desgasificamos, cubrimos y dejamos reposar unos 15´.
Con un palote o, mejor, con una máquina de pastas, estiramos la masa lo más delgada posible, la volcamos sobre si misma y volvemos a estirar. Repetimos este procedimiento 4 ó 5.
Cortamos las galletitas del tamaño y forma deseada, colocamos sobre una asadera enharinada y horneamos a 180*-200* por unos 10´, hasta que se vean bien cocidas. Retiramos y dejamos orear sobre rejilla.
Como habrán visto son bastante fáciles de preparar y, espero me crean, también exquisitas, como para intentarlo...