Me había quedado un paquete de espárragos en la heladera y, camino a casa y con bastante hambre, se me ocurrió emplearlos "de cabo a rabo" en un risotto (de allí su extraña denominación); salió tan bueno que me da mucho gusto compartir la ocurrencia... Para 2 personas:
- 1 taza de arroz carnaroli o arbóreo
- 2 cucharada de aceite de oliva (u oliva y manteca)
- 1 cebolla picada
- 1 tacita de vino blanco
- 1 diente de ajo
- 2 cucharadas de parmesano recién rallado
- sal, pimienta y pimentón picante o ají molido
Cortamos los espáragos con la mano y separamos la parte de la cabeza; troceamos los troncos y los hervimos en 1 litro de agua con sal y un diente de ajo. Uan vez tiernos, procesamos, condimentamos y mantenemos a fuego bajo.
En una sartén grande con el aceite de oliva salteamos la cebolla y cuando comienza a transparentar incorporamos las cabezas de los espárragos; luego de 5´ agregamos la taza de arroz y pasados otros 2´ desglasamos con el vino blanco.
Una vez absorbido el vino blanco comenzamos a incorporar el caldo de a cucharones, en la medida en que el arroz lo vaya "pidiendo" y mezclando permanentemente.
Cuando el arroz está casi al dente, unos 18´, incorporamos el parmesano rallado, revisamos sal y pimienta, mezclamos, apagamos el fuego, tapamos y esperamos 5´ antes de servir.
Resulta un risotto de sabor definido, sencillo y muy apetecible, salvo, claro, que detestes los espárragos...
- 1 taza de arroz carnaroli o arbóreo
- 2 cucharada de aceite de oliva (u oliva y manteca)
- 1 cebolla picada
- 1 tacita de vino blanco
- 1 diente de ajo
- 2 cucharadas de parmesano recién rallado
- sal, pimienta y pimentón picante o ají molido
Cortamos los espáragos con la mano y separamos la parte de la cabeza; troceamos los troncos y los hervimos en 1 litro de agua con sal y un diente de ajo. Uan vez tiernos, procesamos, condimentamos y mantenemos a fuego bajo.
En una sartén grande con el aceite de oliva salteamos la cebolla y cuando comienza a transparentar incorporamos las cabezas de los espárragos; luego de 5´ agregamos la taza de arroz y pasados otros 2´ desglasamos con el vino blanco.
Una vez absorbido el vino blanco comenzamos a incorporar el caldo de a cucharones, en la medida en que el arroz lo vaya "pidiendo" y mezclando permanentemente.
Cuando el arroz está casi al dente, unos 18´, incorporamos el parmesano rallado, revisamos sal y pimienta, mezclamos, apagamos el fuego, tapamos y esperamos 5´ antes de servir.
Resulta un risotto de sabor definido, sencillo y muy apetecible, salvo, claro, que detestes los espárragos...