Los boios de verdura son unos sabrosísimos pastelitos típicos de la comida judía sefaradí. Comparto esta receta que recibí de una querida amiga sefaradí -receta de familia- y que me ha dado excelentes resultados; la cantidad dependerá del tamaño que elijamos:
- 300 ml de agua, aprox.
- Aceite para la masa y para pincelar las burekas
- 2 paquetes de acelga
- 200 g de queso parmesano o sardo rallado
- Sal y pimienta negra recién molida
Hacemos la masa con la harina, el agua y una cucharadita de sal y la sumergimos en aceite por aprox una hora.
Lavamos bien la acelga y quitamos los tallos y la parte central blanca más dura de las hojas; dejamos 30´ en agua con vinagre. Escurrimos bien, cortamos en tiritas delgadas, pasamos por harina, mezclamos con ¾ del queso rallado y salpimentamos.
Hacemos bolitas de masa, las estiramos hasta que estén bien transparentes, y las pincelamos con aceite. Metemos el relleno en un extremo y lo enrollamos con la masa; hacemos una suerte de bollado sobre la mesa sin aceite sellando la base.
- Aceite para la masa y para pincelar las burekas
- 2 paquetes de acelga
- 200 g de queso parmesano o sardo rallado
- Sal y pimienta negra recién molida
Hacemos la masa con la harina, el agua y una cucharadita de sal y la sumergimos en aceite por aprox una hora.
Lavamos bien la acelga y quitamos los tallos y la parte central blanca más dura de las hojas; dejamos 30´ en agua con vinagre. Escurrimos bien, cortamos en tiritas delgadas, pasamos por harina, mezclamos con ¾ del queso rallado y salpimentamos.
Hacemos bolitas de masa, las estiramos hasta que estén bien transparentes, y las pincelamos con aceite. Metemos el relleno en un extremo y lo enrollamos con la masa; hacemos una suerte de bollado sobre la mesa sin aceite sellando la base.
Pincelamos con aceite, espolvoreamos con el queso rallado reservado y ponemos en una asadera ligeramente aceitada.
Horneamos a horno caliente y a temperatura máxima (200*-220*) hasta que se vean bien dorados, unos 20´.
Horneamos a horno caliente y a temperatura máxima (200*-220*) hasta que se vean bien dorados, unos 20´.
Un poco de harina, un poco de acelga, sal, aceite y mucho amor, todo lo que les hacía falta a las abuelas sefaradíes para hacer estas memorables exquisiteces!