En el "Taller de Pastas Caseras..." de anoche, Juan Carlos me comentó que por ser hipertenso debía comer prácticamente sin sal...Me pareció entonces un lindo (y considerado) desafío procurar preparar una pasta sin sal y aún sabrosa. Y para mi propia sorpresa resultó exquisita, con la única licencia en cuanto a sal de ponerle un poco al agua de la cocción. Para 2 personas, abundante:
PASTA
- 200 g de sémola de trigo (o semolín)
- 75 a 100 g de espinacas congeladas
- 1 huevo y una yema
- 2 cucharaditas de aceite de oliva
- 1 pizca de pimienta blanca
- 1/2 cucharadita de sal (nosotros no le pusimos)
SALSA
- 1/2 cebolla finamente picada
- 250 g de tomates cherry cortados por la mitad
- 200 g de champiñones en conserva cortados (los que teníamos), cortados por la mitad
- 1 tacita de vino blanco
- 3-4 hojas de salvia fresca troceadas
- parmesano o sardo recién rallado
- peperoncino
Descongelamos las espinacas y sobre un colador las presionamos para quitarles el líquido. Procesamos conjuntamente con el huevo y la yema y preparamos la pasta del modo habitual (ver "Masa para pasta al huevo, técnicas básicas").
Estiramos la masa hasta el punto 8 de la máquina, cortamos del ancho deseado y reservamos enharinados y cubiertos por un repasador.
PASTA
- 200 g de sémola de trigo (o semolín)
- 75 a 100 g de espinacas congeladas
- 1 huevo y una yema
- 2 cucharaditas de aceite de oliva
- 1 pizca de pimienta blanca
- 1/2 cucharadita de sal (nosotros no le pusimos)
SALSA
- 1/2 cebolla finamente picada
- 250 g de tomates cherry cortados por la mitad
- 200 g de champiñones en conserva cortados (los que teníamos), cortados por la mitad
- 1 tacita de vino blanco
- 3-4 hojas de salvia fresca troceadas
- parmesano o sardo recién rallado
- peperoncino
Descongelamos las espinacas y sobre un colador las presionamos para quitarles el líquido. Procesamos conjuntamente con el huevo y la yema y preparamos la pasta del modo habitual (ver "Masa para pasta al huevo, técnicas básicas").
Estiramos la masa hasta el punto 8 de la máquina, cortamos del ancho deseado y reservamos enharinados y cubiertos por un repasador.
Ponemos a hervir abundante agua con sal gruesa (bien poca en este caso).
En una sartén grande salteamos la cebolla y cuando comienza a colorear incorporamos los champiñones; luego de unos 5´ desglasamos con el vino blanco, esperamos que se evapore el alcohol, añadimos los tomates cherry, las hojas de salvia y el peperoncino y continuamos cocinando a fuego suave y mezclando cada tanto por otros 10´. Si hiciera falta reservamos a fuego corona.
Volcamos la pasta en el agua hirviendo, retiramos al dente (no más de 2´ desde que recuperó el hervor), escurrimos y mezclamos en la sartén con la salsa adicionando un poco del líquido de la cocción.
Volcamos la pasta en el agua hirviendo, retiramos al dente (no más de 2´ desde que recuperó el hervor), escurrimos y mezclamos en la sartén con la salsa adicionando un poco del líquido de la cocción.
Servimos de inmediato en platos en lo posible precalentados y floreamos con parmesano recién rallado.
Me resultó un sorprendentemente sabroso plato de pasta, y casi casi sin sal!