Me pareció una combinación extraña pero porqué probar me dije, no sin algunas dudas... Salió un pan sorprendentemente sabroso! Lo "degusté" con aceitunas negras y con muzarella y hojas de albahaca, en ambos casos estaba riquísimo; lo imaginé también con un buen salame casero, mmmmm. Por su sabor y sencillez de preparación resulta muy recomendable. Para 2 panes medianos:
- 400 g de harina 000
- 100 g de harina de salvado
- 325 a 350 cc de agua
- 20 g de levadura fresca
- 50 g de grasa vacuna
- 15 g de sal (dos cucharaditas colmadas)
Ponemos a derretir la a grasa en una cacerolita o en microondas y dejamos entibiar. En un bol mezclamos el agua con la levadura y la mitad de la harina blanca y dejamos espumar. Una vez espumó, incorporamos el resto de los ingredientes, integramos, volcamos sobre superficie enharinada y amasamos hasta obtener una masa sedosa y liviana (esto significa adicionar, como siempre, la menor cantidad posible de harina). Dejamos levar en bol cubierto y aceitado hasta que duplique el volúmen, aprox 1 hora.
Encendemos el horno. Volcamos nuevamente la masa sobre la superficie de trabajo apenas enharinada, desgasificamos, dividimos en 2, bollamos, cubrimos, y dejamos descansar 15' para que la masa se relaje. Damos a los panes la forma deseada y colocamos en una asadera enharinada o engrasada, espolvoreamos por encima con salvado prosionándo un poco con los dedos, efectuamos los cortes deseado, cubrimos y dejamos reposar por otros 30' en un lugar cálido y sin corriente de aire (sobre la cocina por ejemplo).
Horneamos en horno caliente y prehumidificado, a 3/4 temperatura por unos 25', hasta que el pan haya tomado buen color y su base suene hueca.
Un muy rico pan en el cual el salvado y la grasa vacuna hacen una interesante combinación.