sábado, 26 de abril de 2014

PIZZA A LA PIEDRA DE BERENJENAS ASADAS Y FONTINA

Las pizzas son ricas es así, a casi todos nos gustan casi todas (las pizzas!). Pero hay algunas que se destacan, que luego de comerlas no queda un excelente sabor en el paladar, que nos cuesta resistirnos a comer otra porción aún cuando ya no tenemos "más lugar", que nos resultan memorables... Y en un divertidísimo y también memorable Taller de Pizzas + Cena con 6 hombres-cocineros y 6 esposas-comensales preparamos esta que mereció los aplausos de todos aún de alguno  a quien jamás le había gustado la berenjena, resultó excelente! La receta (por si no pueden venirse a un Taller a El Arte de Amasar...):

MASA, para 4 pizzas medianas
- 500 g de harina 0000 (refinada)
-     5 a 10 g de levadura fresca
- 300 cc de agua
-   50 cc de aceite de oliva
-    1 cucharadita colmada de sal
- 1/4 cucharadita de pimienta blanca

COBERTURA, por pizza
-    1 berenjena mediano-grande
-   75 g de muzzarella rallada o troceada
-   75 g de queso fontina rallado
-     1 diente de ajo finamente picado
-        aceite de oliva
-        salsa de tomates frescos (ver abajo)
-        sal, pimienta negra recién molida y peperoncino

Hacemos una corona con la harina y la sal por fuera y en su centro volcamos el agua y disolvemos la levadura; incorporamos con cuidado la harina y cuando comienza a formarse la masa agregamos el aceite.

Amasamos por unos minutos (la masa debe quedar relativamente húmeda), cubrimos y esperamos unas 3 hs hasta a que duplique su volumen. El tiempo de levado depende de la cantidad de levadura empleada y la temperatura ambiente; es conveniente reducir la cantidad de levadura y dejar levar más lentamente la masa, incluso en la heladera; los resultados bien valen el tiempo de espera.

Cortamos la berenjena en rodajas de aprox 1/2 cm de grosor, las embadurnamos con aceite de oliva mezclada con el ajo picado y horneamos a temperatura alta hasta que se hayan tiernizado, unos 15´ Reservamos sobre papel absorbente.

La salsa de tomates propuesta es simplemente tomate maduro procesado y condimentado con sal pimienta, orégano, ají molido y un poco de aceite de oliva. Si no es época de tomates o estamos muy apurados podemos también emplear tomate triturado de buena calidad.

Pasado el tiempo de levado volcamos la masa sobre la superficie de trabajo, desgasificamos, dividimos en 4 partes, bollamos y dejamos reposar en superficie enharinada y cubiertos al menos por 30´ y hasta unas 2 hs (al emplear poca levadura la masa se mantiene relajada y sin levar por bastante tiempo).

Encendemos el horno con mucha anticipación, las piedras refractarias deben estar tan calientes como sea posible.

Con la mano o ayuda de un palote estiramos los bollos delgados dándoles forma rectangular y alargada, de modo de facilitar cortar porciones pequeñas y comerlas con la mano.

Pincelamos con la salsa de tomates y con una pala vamos depositando las pizzas de inmediato sobre la piedra del horno muy caliente y a máxima temperatura. La idea es marcarlas de 3´ a 5´ -dependiendo del horno- y así facilitarnos el trabajo al recibir a los comensales.

A la hora del servicio distribuimos sobre la pizza la muzzarella, por encima las rodajas de berenjena, el fontina rallado y peperoncino.

Horneamos sobre la piedra bien caliente y el horno a temperatura máxima hasta que el queso se haya gratinado y la masa se vea crujiente.

Al retirar rociamos con aceite de oliva y servimos de inmediato.

Exquisita, sencillamente...