Hace unas semanas visitó El Arte de Amasar Juan A. Muñoz, un periodista chileno especializado en Arte y Gastronomía y Editor de "Espectáculos & Vidactual". Comparto y mucho agradezco la nota que escribió como parte de una más amplia acerca de lugares a visitar en nuestra querida Buenos Aires:
Cocinar la felicidad
Tome hora en “El arte de amasar”; será perfecto. Quien dirige el buque es
Saúl Gerson, ex economista y hoy chef y maestro de cocina, que recibe en su
casa de calle Tronador 3123, en Buenos Aires, para enseñar a hacer platos
que después los cocineros y su anfitrión degustarán junto a
algún mosto mendocino, de esos que no se olvidan.
Podrán elegir qué preparar de entre una lista interminable
de posibilidades. Habrá conversación agradable y de
altura, y como las recetas, por complicadas que sean, se
entregan a los inexpertos clientes con total naturalidad, se
aprende de inmediato y uno sale de ahí creyendo que está
listo para dirigir el Cordon Bleu. Se come como entre amigos;
es ideal para alguna noche fría, de esas en las que se
añora el calor y el aroma que surge de un horno. Querrán
volver, de seguro, pues cocinarán y saborearán la felicidad.
No dejen de visitar el blog de Saúl, que contiene miles de preparaciones
provenientes de cualquier rincón del mundo. Las clases son privadas, personalizadas
y participativas. Pueden ir de a dos, de a tres...
“El arte de amasar”: contacto@elartedeamasar.com
El Mercurio Sábado 3 de Septiembre de 2016
Cocinar la felicidad
Tome hora en “El arte de amasar”; será perfecto. Quien dirige el buque es
Saúl Gerson, ex economista y hoy chef y maestro de cocina, que recibe en su
casa de calle Tronador 3123, en Buenos Aires, para enseñar a hacer platos
que después los cocineros y su anfitrión degustarán junto a
algún mosto mendocino, de esos que no se olvidan.
Podrán elegir qué preparar de entre una lista interminable
de posibilidades. Habrá conversación agradable y de
altura, y como las recetas, por complicadas que sean, se
entregan a los inexpertos clientes con total naturalidad, se
aprende de inmediato y uno sale de ahí creyendo que está
listo para dirigir el Cordon Bleu. Se come como entre amigos;
es ideal para alguna noche fría, de esas en las que se
añora el calor y el aroma que surge de un horno. Querrán
volver, de seguro, pues cocinarán y saborearán la felicidad.
No dejen de visitar el blog de Saúl, que contiene miles de preparaciones
provenientes de cualquier rincón del mundo. Las clases son privadas, personalizadas
y participativas. Pueden ir de a dos, de a tres...
“El arte de amasar”: contacto@elartedeamasar.com