Tenía una visita muy especial a la cual le encanta la polenta, razón más que estimulante para explorar en el mundo de las polentas. Y llegué a una de BBCgoodfood, de la cual resultó la siguiente receta, muy recomendable para una noche invernal:
RAGU
- 25 g de hongos secos de pino
- 25 g de manteca
- ½ cebolla finamente picada
- 1 diente de ajo pelado y aplastado
- 200 g de champiñones frescos, en rodajas o cuartos, según tamaño
- 200 ml de agua tibia
- 2 ramitas de tomillo
- 1 tacita de vino tinto
- 50 g de parmesano
- Láminas de gouda estacionado
POLENTA
- 150 g de polenta instantánea
- 600 ml de leche
- 25 g de manteca
- 1 hoja de laurel
- 1 ramita de romero fresco
- 1 ramita de orégano fresco
- Sal y pimienta
Hidratamos los hongos en el agua tibia por unos 30 minutos. Luego retiramos y escurrimos,
reservando el líquido (descartamos si la arenilla que se deposita en el fondo).
En una sartén grande derretimos la manteca a fuego bajo y salteamos la cebolla y el ajo hasta que comiencen apenas a colorear. Añadimos los hongos secos y luego de 2 minutos incorporamos los champiñones y subimos el fuego a máximo. Luego de 5 minutos agregamos el vino tinto y pasado otro minuto el líquido de la hidratación de los hongos. Bajamos el fuego a mínimo y cocinamos hasta que la salsa se haya espesado, unos 15 minutos.
Para la polenta, hervimos la leche con el laurel, el orégano y el tomillo; apagamos el fuego y dejamos infusionar 20 minutos. Llevamos nuevamente a hervor y agregamos de a poco la polenta, mientras mezclamos. Pasado 1 minutos, añadimos la manteca, el parmesano y salpimentamos.
Transferimos la polenta a una fuente para horno, aplanamos su centro, volcamos por encima el ragout y por sobre este las láminas de gouda.
Horneamos con el fuego en la parte superior hasta que el queso se haya derretido. Emplatamos.