Una tradicional y sabrosa pasta rellena, liviana y equilibrada, adecuada para comerse tanto en un frío día invernal como en un mediodía de 28* el de hoy en Buenos Aires; empleé en la masa 50% de harina integral lo cual le hace más saludable (aún) y no le quita nada de lo bueno a este plato. Lo degustamos con mi hijo Hernán quien lo aprobó completamente; yo por mi parte imaginé algunos ajustes que aplico directamente en la receta que les paso. Para 4 porciones abundantes, unos 36 sorrentinos:
- 150 g de harina integral
- 150 g de harina común
- 3 huevos grandes
- 1 cucharada de aceite
- 1 cucharadita de sal
- 1/4 cucharadita de pimienta blanca
- agua, c/n
RELLENO
- 2 paquetes de espinacas frescas o 400/500g de congeladas
- 300 g de ricota
- 50 g de sardo rallado
- sal, pimienta, nuez moscada
SALSA
- 50 g de manteca (2 cucharadas)
- 1 cucharada de aceite de oliva
- 1 puñado de hojas de salvia fresca, unas 30, según gusto
- sal y pimienta negra recién molida
- queso sardo recién rallado
- 1 cucharón del agua de la cocción de la pasta
En un bol mezclamos los ingredientes sólidos de la masa, incorporamos los huevos y el aceite y amasamos hasta integrar bien adicionando si hiciera falta 1 ó 2 cucharadas de agua. Cubrimos y dejamos reposar.
Lavamos las espinacas y blanqueamos o cocinamos en el microondas, escurridas y tapadas, por 3´. Retiramos y colocamos sobre un colador presionando para que pierdan líquido.
Procesamos conjuntamente las espinacas, la ricota y el sardo rallado; condimentamos con sal, pimienta y nuez moscada.
Estiramos la masa hasta el punto 8 de la máquina (penúltimo) y con una molde para sorrentimos procedemos de la forma habitual (ver por ejemplo: "Agnolotis Caseros...Técnicas Básicas"). Enharinamos la superficie donde los vamos colocando, cubrimos y reservamos.
Echamos la pasta en abundante agua hirviendo con sal y, mientras, en una sartén grande sudamos (cocinamos a fuego suave) las hojas de salvia en la manteca y el aceite de oliva.
Retiramos la pasta bien al dente y la volcamos en la sartén junto con un cucharón del agua de la cocción; mezclando cocinamos por 1´ o´ 2´ y emplatamamos esparciendo por encima abundante sardo rallado y un poco de pimienta negra recién molida.
Con Hernán comimos 10 sorrentinos cada uno, y completamos el opíparo almuerzo de un martes cualquiera con un plato de tallarines integrales a la crema y salvia (había sobrado masa y había crema en la heladera, salieron buenísimos!).
- 150 g de harina integral
- 150 g de harina común
- 3 huevos grandes
- 1 cucharada de aceite
- 1 cucharadita de sal
- 1/4 cucharadita de pimienta blanca
- agua, c/n
RELLENO
- 2 paquetes de espinacas frescas o 400/500g de congeladas
- 300 g de ricota
- 50 g de sardo rallado
- sal, pimienta, nuez moscada
SALSA
- 50 g de manteca (2 cucharadas)
- 1 cucharada de aceite de oliva
- 1 puñado de hojas de salvia fresca, unas 30, según gusto
- sal y pimienta negra recién molida
- queso sardo recién rallado
- 1 cucharón del agua de la cocción de la pasta
En un bol mezclamos los ingredientes sólidos de la masa, incorporamos los huevos y el aceite y amasamos hasta integrar bien adicionando si hiciera falta 1 ó 2 cucharadas de agua. Cubrimos y dejamos reposar.
Lavamos las espinacas y blanqueamos o cocinamos en el microondas, escurridas y tapadas, por 3´. Retiramos y colocamos sobre un colador presionando para que pierdan líquido.
Procesamos conjuntamente las espinacas, la ricota y el sardo rallado; condimentamos con sal, pimienta y nuez moscada.
Estiramos la masa hasta el punto 8 de la máquina (penúltimo) y con una molde para sorrentimos procedemos de la forma habitual (ver por ejemplo: "Agnolotis Caseros...Técnicas Básicas"). Enharinamos la superficie donde los vamos colocando, cubrimos y reservamos.
Echamos la pasta en abundante agua hirviendo con sal y, mientras, en una sartén grande sudamos (cocinamos a fuego suave) las hojas de salvia en la manteca y el aceite de oliva.
Retiramos la pasta bien al dente y la volcamos en la sartén junto con un cucharón del agua de la cocción; mezclando cocinamos por 1´ o´ 2´ y emplatamamos esparciendo por encima abundante sardo rallado y un poco de pimienta negra recién molida.
Con Hernán comimos 10 sorrentinos cada uno, y completamos el opíparo almuerzo de un martes cualquiera con un plato de tallarines integrales a la crema y salvia (había sobrado masa y había crema en la heladera, salieron buenísimos!).