martes, 30 de noviembre de 2010

RAVIOLES INTEGRALES CASEROS DE CALABAZA Y SALVIA, UNA DELICADEZA!

Se viene el veranito y por razones varias es conveniente preparar pastas livianas, cual es el caso. Este plato además, aún preparado con harina integral, resultó sabroso y delicado, con sabores netos y a la vez sutiles; los acompañé con una súper simple salsa de tomate y oliva (nada más!) y tuve la suerte de compartirlos con una querida amiga-milonguera a quien "le encantaron", según me aseguró. Intencionalmente además empleé muy pocos ingredientes, a veces lo mucho restá más de lo que suma, como en la vida... Para 2 personas como único plato:

MASA
- 150 g de harina integral extra fina
-   50 g de harina común
-     2 huevos
-     1 cucharada de aceite
-        agua adicional si hiciera falta
-     1 pizca de sal + 1 pizca de pimienta blanca

RELLENO
- 500 g de calabaza ya pelada y sin semillas
-     1 cucharada de hojas de salvia picadas
-     1 yema de huevo
-        sal y pimienta a gusto

SALSA
-   1/2 kg de tomates maduros
-      2 cucharadas de aceite de oliva
-         sal y pimienta a gusto
-         queso parmesano recién rallado

Preparamos la masa del modo habitual (ver, "Masa para Pasta al Huevo, Técnicas Básicas"); la harina integral tal vez absorba algo más de líquido en cuyo caso vale adicionar alguna cucharada de agua.

Para el relleno cortamos en cubos la calabaza ya pelada y la cocemos al vapor o en microondas por 8' a 10', hasta que se haya tiernizado; le incorporamos las hojas de salvia picadas y la yema de huevo, hacemos un puré y salpimentamos a gusto.

 Hacemos 2 (ó 4) tiras de masa, distribuimos parejito el relleno sobre una de ellas con una cucharita o manga, rociamos agua por encima o pincelamos los bordes, cubrimos con la otra tira de masa, presionamos alrededor de los rellenos para quitar el aire y con un cortapastas cortamos y damos forma (podemos también emplear un molde para pastas). Dejamos reposar sobre superficie enharinada y cubiertos.

La salsa es extremadamente sencilla: procesamos los tomates de buena calidad y maduros y los cocinamos a fuego muy suave en una sartén con el aceite de oliva y una pizca de sal por unos 15', adicionando hacia el final pimienta negra y corrigiendo sal.

Ponemos a hervir la pasta en abundante agua con sal y cuando esté al dente la retiramos, escurrimos y volcamos en la sartén; mezclamos bien y emplatamos esparciendo por encima un chorro de aceite de oliva, buen parmesano recién rallado, pimienta negra y un chorro de aceite de oliva.

Un plato sencillo, distinto y delicadísimo. Prueben y verán.