Sumada a la excitación de ir a un país tan lejano para nosotros a enseñar algunos platos de nuestra cocina, la incertidumbre de prepararlos en una ambiente desconocido: artefactos de cocina diferentes, especias con sabores diferentes, carne diferente, gustos diferentes, costumbres diferentes... Un emocionante y excitante desafío.
Un desafío que me encantó asumir y que afortunadamente resultó muy exitoso: 114 participantes en total y dos ciudades diferentes.
Hasta una clase dictada especialmente para todo el personal de y todos los empleados de un restaurante argentino en Tallin!
Y, sobre la hora, una divertida clases de pastas caseras y empanadas para un grupo de jóvenes que lo solicitaron especialmente de la cual comparto este simpático video:
https://www.youtube.com/watch?v=TcTqKETJYwE&feature=youtu.be&fbclid=IwAR14W2yOg0vDkh38Ff1AMLJ83yuq9rxSIHjnznyyllsOdWclX2ryOH4Iaps