Mamá Golde ya no está fisicamente con nostros. Y está en tantas cosas, tantas memorias, enseñanzas, ejemplos, sonrisas, caricias. Tanta Verdad, Dignidad y Solidadridad que nos sirvieron de guía y ejemplo. Tantos sabores, aromas y texturas que hicieron alegrar nuestros paladares y pancitas...Y una de esas sabrosuras, con aromas a cocina calentita y mucho amor es este leikaj negro que nos preparaba desde que éramos chicos hasta cada vez que volvíamos a visitarla; y a sus sobrinos, sus nietos, sus amigos, nuestros amigos, hermanos, primos, etc etc. (Y estas lagrimitas que se me caen mientras escribo no son de pena, no, simplemente emoción y agradecimiento por la dicha de haberte tenido de madre).
Va aquí la receta, en su honor y para que muchos más se animen a prepararla y disfrutarla junto a sus queridos; está en tazas, tacitas, cucharas, cucharitas, exactamente como me fue enseñada...Para una savarín grande (30 cms):
- 2 tazas de harina leudante
- 5 huevos grandes
- 1 taza de azúcar
- 1/2 taza de aceite
- 1/2 taza de miel
- 1/2 tacita de té o café (le daría color más oscuro)
- 1/2 copita de licor seco o coñac
- 1 cucharadita de canela
- 1 pizca de sal
- 1 pizca de clavo de olor
- 1/2 cucharadita de polvo de hornear
- 1/2 cucharadita de bicarbonato de sodio
- 1/2 taza de nueces partidas
- algunas gotas de jugo fresco de limón
Encendemos el horno. En un bol grande batimos los ingredientes líquidos salvo las claras; mezclamos los secos y los incorpormamos.
Batimos las claras con una pizca de sal y cuando están llegando a punto nieve agregamos unas gotas de limón y de a poco todo el azúcar, continuando el batido hasta formar un merengue.
Incorporamos las clara a la mezcla, primero un tercio mezclando y luego el resto realizando con una espátula movimientos suaves y envolventes. Colocamos en el savarín ligeramente aceitado; dejamos descansar unos minutos y, "muy importante" dice mamá, damos unos golpecitos en la base para hacer desaparecer grumos o burbujitas que pudiera haber.
Llevamos a horno moderado por unos 30' (estará lista cuando veamos se despega del molde y haya tomado un atractivo color dorado oscuro). Retiramos y dejamos orear sobre rejilla.
Shaná tová!
Va aquí la receta, en su honor y para que muchos más se animen a prepararla y disfrutarla junto a sus queridos; está en tazas, tacitas, cucharas, cucharitas, exactamente como me fue enseñada...Para una savarín grande (30 cms):
- 2 tazas de harina leudante
- 5 huevos grandes
- 1 taza de azúcar
- 1/2 taza de aceite
- 1/2 taza de miel
- 1/2 tacita de té o café (le daría color más oscuro)
- 1/2 copita de licor seco o coñac
- 1 cucharadita de canela
- 1 pizca de sal
- 1 pizca de clavo de olor
- 1/2 cucharadita de polvo de hornear
- 1/2 cucharadita de bicarbonato de sodio
- 1/2 taza de nueces partidas
- algunas gotas de jugo fresco de limón
Encendemos el horno. En un bol grande batimos los ingredientes líquidos salvo las claras; mezclamos los secos y los incorpormamos.
Batimos las claras con una pizca de sal y cuando están llegando a punto nieve agregamos unas gotas de limón y de a poco todo el azúcar, continuando el batido hasta formar un merengue.
Incorporamos las clara a la mezcla, primero un tercio mezclando y luego el resto realizando con una espátula movimientos suaves y envolventes. Colocamos en el savarín ligeramente aceitado; dejamos descansar unos minutos y, "muy importante" dice mamá, damos unos golpecitos en la base para hacer desaparecer grumos o burbujitas que pudiera haber.
Llevamos a horno moderado por unos 30' (estará lista cuando veamos se despega del molde y haya tomado un atractivo color dorado oscuro). Retiramos y dejamos orear sobre rejilla.
Shaná tová!