Enamorado como soy de los panes alguien muuuy querido me comentó que los panes con harina blanca no le caían muy bien, que prefería integrales o con salvado, una excelente justificación para volver a experimentar con panes 100% integrales. Estas figazas resultaron muy sabrosas, livianas y relativamente fáciles de preparar (el menos después de haber tomado algunas clases en El Arte de Amasar, ejem...). Para 18 figacitas de aprox 50 g c/u:
- 500 g de harina integral + adicional para espolvorear
- 300 ml de agua corriente
- 25 g de levadura fresca
- 2 cucharadas de aceite
- 1 cucharadita colmada de sal
- 1 cucharada de extracto de malta o, en su defecto, de azúcar mascabo o miel
Colocamos la harina con la sal alrededor en un bol grande y hacemos un hueco en el centro en donde volcamos el agua, la levadura desgranada y el extracto de malta (o miel o azúcar). Vamos incorporando de a poco la harina al líquido y comenzamos el amasado.
Agregamos el aceite y volcamos sobre una superficie de trabajo apenas enharinada y amasamos por unos 10´hasta obtener una masa suave y sedosa, procurando siempre adicionar la menor cantidad de harina posible. Bollamos y dejamos levar en bol cubierto por unos 45', hasta que duplique su volumen.
Volcamos la masa sobre la superficie de trabajo, desgasificamos, hacemos un rollo y lo dividimos en 18 piezas de unos 50g, las cuales bollamos y dejamos reposar unos 15´. Encendemos el horno.
Damos forma redondeada aplanándolos con las manos y harinando lo que fuera necesario. Los colocamos en una asadera aceitada o enharinada, cubrimos y dejamos levar unos 30´.
Horneamos a 200*/220* (horno fuerte) por unos 10´hasta que veamos comienzan a tomar color.
Retiramos del horno, dejamos orear sobre rejilla y una vez tibios conservamos en bolsa de nylon.
Si los prueban verán que les gusta porque son ricos no porque son integrales. Como corresponde!
Se conservan en heladera o perfectamente en freezer.
- 500 g de harina integral + adicional para espolvorear
- 300 ml de agua corriente
- 25 g de levadura fresca
- 2 cucharadas de aceite
- 1 cucharadita colmada de sal
- 1 cucharada de extracto de malta o, en su defecto, de azúcar mascabo o miel
Colocamos la harina con la sal alrededor en un bol grande y hacemos un hueco en el centro en donde volcamos el agua, la levadura desgranada y el extracto de malta (o miel o azúcar). Vamos incorporando de a poco la harina al líquido y comenzamos el amasado.
Agregamos el aceite y volcamos sobre una superficie de trabajo apenas enharinada y amasamos por unos 10´hasta obtener una masa suave y sedosa, procurando siempre adicionar la menor cantidad de harina posible. Bollamos y dejamos levar en bol cubierto por unos 45', hasta que duplique su volumen.
Volcamos la masa sobre la superficie de trabajo, desgasificamos, hacemos un rollo y lo dividimos en 18 piezas de unos 50g, las cuales bollamos y dejamos reposar unos 15´. Encendemos el horno.
Damos forma redondeada aplanándolos con las manos y harinando lo que fuera necesario. Los colocamos en una asadera aceitada o enharinada, cubrimos y dejamos levar unos 30´.
Horneamos a 200*/220* (horno fuerte) por unos 10´hasta que veamos comienzan a tomar color.
Retiramos del horno, dejamos orear sobre rejilla y una vez tibios conservamos en bolsa de nylon.
Si los prueban verán que les gusta porque son ricos no porque son integrales. Como corresponde!
Se conservan en heladera o perfectamente en freezer.