Una receta que permite hacer scones muy livianos y sabrosos con facilidad y rapidez; está inspirada en una de www.bbcgoodfood.com y las modificaciones realizadas son al efecto de hacerla más sencilla y adaptarla a los ingredientes locales. Para 6 scones de unos 6 cms diámetro:
- 225 g de harina leudante
- 50 g de manteca fría cortada en cubitos
- 40 g de azúcar rubia (2 cucharadas)
- 150 g de leche
- 1 cucharada de jugo de limón
- 1/2 cucharadita de sal (1/4)
- harina adicional para espolvorear
Encendemos el horno para llevarlo hasta aprox 200* (bastante caliente, si no tienen termómetro)-
En un bol mezclamos la harina con la sal, incorporamos la manteca fría cubeteada y la desgranamos con los dedos o un tenedor haciendo una especie de crumble, sin trabajar demasiado; incorporamos el azúcar y mezclamos.
Hacemos un hueco en el medio de la harina y volcamos dentro la leche con el jugo de limón; con una cuchara mezclamos sólo lo estrictamente necesario para lograr una masa blanda, casi pegajosa.
Volcamos la masa sobre una superficie de trabajo ligeramente enharinada y con las manos también apenas enharinadas la aplastamos hasta un grosor de 2,0 a 2,5 cms, la altura de un pulgar acostado.
Tomamos un molde cortante de aprox 6 cms de diámetro, lo introducimos dentro de un recipiente con harina de modo de facilitar el corte, y con golpes secos vamos dando forma a los scones. Los restos de masa los volvemos a unir y damos forma.
Colocamos los scones en una asadera enmantecada (salvo que sea de teflón o silicona), los floreamos con un poco de harina y horneamos por unos 12´ hasta que se vean bien dorados.
Retiramos y dejamos orear sobre una rejilla, descubiertos si nos gustan crocantes o cubiertos con un repasador si los preferimos más tiernos.
Riquísmos para comerlos solos, y si somos más golosos, exquisitos a la usanza inglesa tradicional, con mermelada de frutilla y una cucharada de crema batida bien espesa....
- 225 g de harina leudante
- 50 g de manteca fría cortada en cubitos
- 40 g de azúcar rubia (2 cucharadas)
- 150 g de leche
- 1 cucharada de jugo de limón
- 1/2 cucharadita de sal (1/4)
- harina adicional para espolvorear
Encendemos el horno para llevarlo hasta aprox 200* (bastante caliente, si no tienen termómetro)-
En un bol mezclamos la harina con la sal, incorporamos la manteca fría cubeteada y la desgranamos con los dedos o un tenedor haciendo una especie de crumble, sin trabajar demasiado; incorporamos el azúcar y mezclamos.
Hacemos un hueco en el medio de la harina y volcamos dentro la leche con el jugo de limón; con una cuchara mezclamos sólo lo estrictamente necesario para lograr una masa blanda, casi pegajosa.
Volcamos la masa sobre una superficie de trabajo ligeramente enharinada y con las manos también apenas enharinadas la aplastamos hasta un grosor de 2,0 a 2,5 cms, la altura de un pulgar acostado.
Tomamos un molde cortante de aprox 6 cms de diámetro, lo introducimos dentro de un recipiente con harina de modo de facilitar el corte, y con golpes secos vamos dando forma a los scones. Los restos de masa los volvemos a unir y damos forma.
Colocamos los scones en una asadera enmantecada (salvo que sea de teflón o silicona), los floreamos con un poco de harina y horneamos por unos 12´ hasta que se vean bien dorados.
Retiramos y dejamos orear sobre una rejilla, descubiertos si nos gustan crocantes o cubiertos con un repasador si los preferimos más tiernos.
Riquísmos para comerlos solos, y si somos más golosos, exquisitos a la usanza inglesa tradicional, con mermelada de frutilla y una cucharada de crema batida bien espesa....