Me llamó la atención una receta que encontré por la net denominada: "Homemade Cheez-Its", algo así como chizitos caseros; la leí y se me ocurrió prepararla adaptándola a los gustos locales y, no menos importante, a la disponibilidad de ingredientes con que contaba. Salieron crocantes, riquísimos, difícil parar de comerlos. Es un snack como para darnos el gusto de tanto en tanto, sin duda ya mucho más saludables que los comprados. El queso que empleemos puede variar -los más clásicos son de cheddar- y en función del que empleemos variaremos en alguna proporción la cantidad de sal adicionada. Para 2 bandejas de aprox 30 cms x 25 cms:
- 60 g de manteca pomada
- 125 g de harina común
- 1/2 cucharadita de sal
- 2 a 3 cucharadas de agua helada
- 40 a 50 cc de agua helada
En una procesadora mixeamos a baja velocidad el queso con la manteca y la sal; añadimos la harina y continuamos procesando hasta lograr un arenado grueso. Añadimos lentamente el agua estrictamente necesaria para formar una masa. Aplastamos un poco, envolvemos con papel film y refrigeramos por 1 hora.
Calentamos el horno a 180* (3/4 temperatura). Dividimos la masa en dos y estiramos con un palote hasta formar dos rectángulos con un grosor aproximado de 1 cm.
Con un cortapastas cortamos dando la forma deseada, colocamos sobre asaderas teflonadas o cubierta la base con papel de horno o lámina de silicona y horneamos por unos 18´ hasta que hayan tomado un color dorado oscuro.
Retiramos del horno, esperamos hasta que se entibien para probar (si, esperamos!) y una vez frios guardamos en frasco hermético o bolsa de nylon.
Dicen que se mantienen muy bien por una semana aunque dicen también que es difícil duren tanto tiempo....
Riquísimos!
- 60 g de manteca pomada
- 125 g de harina común
- 1/2 cucharadita de sal
- 2 a 3 cucharadas de agua helada
- 40 a 50 cc de agua helada
En una procesadora mixeamos a baja velocidad el queso con la manteca y la sal; añadimos la harina y continuamos procesando hasta lograr un arenado grueso. Añadimos lentamente el agua estrictamente necesaria para formar una masa. Aplastamos un poco, envolvemos con papel film y refrigeramos por 1 hora.
Calentamos el horno a 180* (3/4 temperatura). Dividimos la masa en dos y estiramos con un palote hasta formar dos rectángulos con un grosor aproximado de 1 cm.
Con un cortapastas cortamos dando la forma deseada, colocamos sobre asaderas teflonadas o cubierta la base con papel de horno o lámina de silicona y horneamos por unos 18´ hasta que hayan tomado un color dorado oscuro.
Retiramos del horno, esperamos hasta que se entibien para probar (si, esperamos!) y una vez frios guardamos en frasco hermético o bolsa de nylon.
Dicen que se mantienen muy bien por una semana aunque dicen también que es difícil duren tanto tiempo....
Riquísimos!