miércoles, 30 de noviembre de 2011

PIZZA A LA PIEDRA DE RICOTA, SARDO Y CEBOLLA COLORADA

A mi hijo Hernán le encantan las pizzas y quise sorprenderlo con una un poco diferente, lo cual entrañaba cierto riesgo porque es bastante clásico en sus gustos; creo que pasé la prueba, salió muy buena esta pizza (con ciertos ajustecitos derivados de la degustación)!:

MASA, para 3 pizzas grandes
- 500 g de harina 0000 (refinada)
- 300 cc de agua
- 5 a 10 g de levadura fresca
- 50 cc de aceite de oliva
- 1 cucharadita de sal
- 1/4 cucharadita de pimienta blanca

COBERTURA, por pizza
- 100 a 150 g de ricota
-   50 a 100 g de sardo rallado
-               1 cebolla colorada cortada en juliano
-               1 cucharada de aceite de oliva
-                  salsa de tomates frescos
-                  peperoncino o ají molido
-                  sal entrefina y pimienta negra recién molida

Hacemos una corona con la harina y la sal por fuera y en su centro disolvemos la levadura en el agua; incorporamos de a poco la harina al centro y cuando comienza a integrarse agregamos el aceite.

Amasamos por unos minutos hasta lograr una masa suave y liviana (no hace falta mucho amasado para la pizza a la piedra). Cubrimos y esperamos unas 2 hs hasta que duplique su volúmen (el tiempo depende siempre de la cantidad de levadura empleada y la temperatura ambiente).

La salsa de tomate que sugiero es simplemente tomate maduro procesado y condimentado con sal pimienta, orégano, ají molido y un poco de aceite de oliva.

En una sartén salteamos por unos minutos la cebolla colorada en juliana con el aceite de oliva.

Pasado el tiempo de levado volcamos la masa sobre superficie de trabajo, desgasificamos, dividimos en 3 partes, bollamos, cubrimos y dejamos reposar por unos 30´.

Al momento de estirar los bollos debemos sentir la masa relajada, que se estira con facilidad. La estiramos bien delgada con la mano o palote dejando los bordes algo más gruesos; la pincelamos con salsa de tomate, distribuimos por encima primero una capa de ricota, luego las cebollas salteadas, el sardo rallado y por encima una cantidad relativamente generosa de peperoncino, un poco de sal entrefina y pimienta negra recién molida. Con la ayuda de una pala o tabla enharinada la depositamos de sobre la piedra en el horno muy caliente y a temperatura máxima.

Retiramos luego de 5´ a 10´, dependiendo del horno, cuando el queso comience a gratinarse.

Una interesante y apetecible combinación de sabores y texturas: la masa crocante, la ricota cremosa y dulzona, la cebolla colorada, el sabor intenso del sardo y un buen toque de peperoncino....