Es un plato que resultó delicioso y colorido; la manteca de salvia y almendras es una garantía de sabor que combina muy bien con la pasta de espinacas. Para 2 personas como único plato:
- 50 g de semolina
- 2 huevos
- 1 cucharada colmada de espinaca cocida y muy bien escurrida
- 1 pizca de sal y pimienta
SALSA
- 50 g de manteca
- 50 g de almendras
- 15 hojas de salvia fresca
- sal y pimienta negra recién molida
Preparamos la pasta del modo habitual (ver "Masa para Pasta al Huevo") procesando primero la espinaca muy bien escurrida con los huevos; estiramos hasta el punto máximo de la máquina y reservamos sobre superficie enharinada.
Picamos las almendras y las hojas de salvia reservando 1/4 de las primeras; calentamos la manteca en una sartén pequeña y las incorporamos cocinándolas por unos 10'-15" a fuego muy suave. La manteca debe haber adquirido un color amarronado (noissette) y un aroma a almendras. Reservamos.
Hervimos la pasta en abundante agua con sal y una vez al dente la escurrimos dejando un poquito del agua y volcamos sobre una bandeja precalentada (o sobre la misma cacerola); echamos por encima la salsa caliente, mezclamos y emplatamos de inmediato esparciendo por encima las almendras reservadas las cuales también podemos saltear o tostar, le queda muy bien.
Es un plato delicado y sabroso, con un sabor muy persistente.
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