MASA
- 300 g de harina 0000 (refinada)
- 3 huevos mediano
- semolina para espolvorear la masa
RELLENO
- 1 calabaza chica, de aprox 1.25 kg
- 150 a 200 g de queso azul desgranado
- 1 huevo ligeramente batido
- panko o pan rallado, unas 2 cucharadas
- pimienta negra y sal (probar antes, puede no ser necesaria)
-
SALSA
- 100 g de manteca
- 20 puñado de hojas de salvia fresca. partidas
- 100 g de almendras
- sal y pimienta
Cortamos la calabaza al medio longitudinalmente, la pincelamos con aceite, colocamos boca abajo en una asadera teflonada, la pinchamos con un tenedor y horneamos por unos 45 minutos, hasta que esté tierna. Retiramos, dejamos enfriar. Una vez fría la pelamos y procesamos junto con el queso azul y el huevo. Condimentamos y añadimos algunas cucharadas de panko para espesar. Llevamos a frío.
Echamos la harina en un bol, hacemos un hueco en su centro y vertemos los huevos. Integramos con la ayuda de un cornete o tenedor, hacemos un bollo, lo volcamos sobre la superficie de trabajo y amasamos hasta obtener una masa sedosa y firme. Envolvemos en papel film y dejamos reposar al menos por 30´.
En una sartén sin aceite y a fuego mínimo tostamos las almendras de ambos lados y hasta que comience a despedir su aroma característico. Retiramos, dejamos enfriar y procesamos hasta formar un arenado grueso.
Aplastamos la masa con la mano o palo de amasar, la espolvoreamos con semolina y pasamos por el punto 0 (cero) de la máquina; doblamos en 3 y volvemos a pasar. Repetimos 2 veces mas y luego, ya sin doblarla, una vez por cada punto hasta el punto 6, siempre espolvoreando con semolina. Cortamos tiras algo más largas que el molde raviolero.
Enharinamos la parte inferior de una tira, la disponemos sobre el molde y con una cucharita vamos colocando el relleno; cubrimos con la otra tira, presionamos suavemente con las manos para quitar el aire y luego pasamos por encima un palo para sellarlos y separarlos. Volcamos sobre la superficie de trabajo y completamos el corte con un cortapastas. Los reservamos sobre superficie enharinada. Repetimos con las otras tiras y, recuperando asimismo los restos de masa.
En una cacerola ponemos a calentar abundante agua y cuando rompe a hervir salamos.
En una sartén grande derretimos la manteca a fuego suave y cuando comienza a oscurecerse incorporamos las hojas de salvia. Cocinamos un par de minutos más, salpimentamos y mantenemos a fuego corona.
Ponemos a hervir la pasta, la retiramos al dente, escurrimos, mezclamos con la salsa y emplatamos espolvoreando con las nueces tostadas y un poco de pimienta negra. s
Espero los disfruten!
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