Un plato sabroso como principal de un menú vegetariano, acompañado de una arroz blanco por ejemplo, o también como acompañamiento de alguna carne. Para 2 porciones o 4 como acompañamiento, en una asadera de unos 25x15 cms:
- 2 paquetes de espinacas
- 1 cebolla grande picada
- 1 taza de queso duro o semi, rallado
-300 ml de leche
- 30 g de manteca
- 30 g de harina
- 2 cucharadas de aceite de oliva
- sal, pimienta y nuez moscada
Descartamos los tallos de las espinacas, lavamos las hojas, escurrimos y cortamos en tiras.
Encendemos el horno a 200*
En una sartén grande con el aceite de oliva salteamos las cebollas a fuego bajo revolviendo cada tanta y hasta que comiencen a dorarse. Agregamos las espinacas y continuamos la cocción por 1 ó 2 minutos, hasta que se hayan marchitado. Salpimentamos.
Mientras, en una cacerolita derretimos la manteca, agregamos la harina, revolvemos y cuando la mezcla comienza a burbujear incorporamos la leche, subimos el fuego y, siempre revolviendo esperamos a que espese; condimentamos con sal, pimienta y nuez moscada.
Agregamos a la sartén 1/3 de la salsa blanca y la mitad del queso rallado, mezclamos y volcamos en una asadera de aprox 30 x 15 cms. Emparejamos, echamos por encima el resto de la salsa y espolvoreamos con queso rallado.
Horneamos hasta que el queso haya gratinado, unos 10 minutos.
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