Ahora, después de unos años y después de haber experimentado bastante en esto de hacer panes, se me ocurrió revisar la receta con ojos un poco más "experimentados", recordando esto de que lo sencillo no es necesariamente fácil, tal y como me fue enseñando la vida en el precioso y continuo proceso de vivirla justamente con más sencillez...
Volví entonces a hacer este sorprendente pan sin amasar y me salió tan pero tan bueno que se lo dedico a mi hijita Ceci que hoy cumple....21!!
La receta que les paso es tan pero tan sencilla que parece difícil creer, es sólo cuestión de un poquito de cuidado y dejar que el tiempo haga el trabajo...
Para un pan como el de las fotos (medidas indicativas, no es preciso ser muy exactos):
- 420g de agua (entre un 80 y un 85% de la harina)
- 1/4 cucharadita de levadura seca, poquito
- 12 g de sal (dos cucharaditas)
PRIMER PASO
En un bol mezclamos todos los ingredientes; cubrimos y dejamos levar por unas 18 hs. Ya está, listo.
SEGUNDO PASO
TERCER PASO
Esparcimos salvado de trigo generosamente sobre un repasador y volcamos encima la masa con los pliegos para abajo; espolvoreamos con salvado por encima y cubrimos. Dejamos reposar unas dos horas (a la hora encendemos el horno, debemos calentarlo muy bien). Ya está, listo...
CUARTO PASO (debemos contar con una olla de fierro o chapa, con tapa, para poner en el horno)
Precalentamos bien una olla de fierro o chapa con tapa (bue, hace falta) y volcamos dentro la masa boca abajo; tapamos, llevamos de inmediato al horno y horneamos por 25'- 30'; destapamos y horneamos otros 10' - 15' hasta que el pan haya tomado mucho color (quemadito casi). Desmoldamos y dejamos enfriar sobre rejilla.
Ya está, listo...Nada de amasado, súper sencillo, precioso, sabroso, distinto, muy especial. No me digan que no da ganas de intentarlo....